En el momento de escoger el colchón hay varios factores a tener en cuenta como, por ejemplo, la edad del durmiente, el peso y, sobre todo, si tiene problemas de salud relevantes para el descanso. Además, también es muy importante conocer las preferencias personales en cuanto a firmeza y confort a la hora de dormir. Siempre deberemos tener presente que el mayor responsable de que nos levantemos cansados o descansados es el colchón en el que dormimos cada noche.
Como norma general, se puede elegir entre tres tipos de descanso: alta firmeza, firmeza intermedia o mullido. Los colchones de muelles son los más firmes, los viscoelásticos son de firmeza intermedia y los de látex los más mullidos. Si usted padece de alguna patología en la espalda, lo más aconsejable es que consulte con su médico para que le indique qué tipo de descanso es el más apropiado para su caso. No existe ningún colchón que consiga curar nuestras dolencias; sin embargo, un buen colchón nos ayudará a descansar mejor y a prevenir y aliviar los posibles problemas de espalda.
Los médicos especialistas de la Fundación Kovacs (la institución más prestigiosa del mundo dedicada al estudio de la espalda) han realizado el primer estudio científico en el mundo para determinar el grado de firmeza óptimo que debe tener un colchón. Se recomienda que tenga diversas zonas de firmeza diferenciada para que se adapte mejor a cada parte del cuerpo; es decir, debe ser más mullido en las zonas de menos peso y más firme en las zonas más pesadas del cuerpo. Un buen colchón es el que apoya a toda la columna vertebral cuando se está acostado boca arriba o de lado. El colchón nunca debe ser ni excesivamente duro ni muy blando, dado que si es duro provocará que la espalda esté en tensión y los músculos y articulaciones tendrán presiones. Si, por el contrario, es blando la columna no mantendrá una posición correcta, tensándose los músculos de la espalda.
Dedicamos un tercio de nuestra vida a dormir. Algo tan importante como el descanso no sólo es cuestión de cantidad, sino también de calidad. De nada sirve dormir ocho horas si tenemos un colchón, almohada o base inadecuados que impiden que el descanso sea sano y reaprador. No escatime en la compra de los componentes de su equipo de descanso; no lo considere como un gasto, sino como una una inversión en salud y calidad de vida.
Tipos de colchones:
Colchones de muelles: Son los de mayor firmeza, y ofrecen distintos grados de confort según las capas que tengan encima de la carcasa de muelles. Es muy importante el tipo de muelles que lleven, que pueden ser bicónicos (los tradicionales, de calidad media-baja), ensacados (calidad media-alta pero no tan firmes como les demás sistemas de muelles) o de hilo continuo como Multielastic de Flex o Normablock de Pikolin (alta calidad). Si adquirimos un colchón de muelles, es muy importante comprarlo de alta gama si queremos obtener un descanso óptimo. Los más recomendables son los que combinan muelles contínuos (Flex Multielastic o Pikolin Normablock) con látex o viscoelástica en ambas caras del colchón, y los que incorporan distintas zonas de adaptabilidad diferenciada; es decir, que sea más firme donde el cuerpo pesa más y más mullido donde el peso sea inferior. El tipo de base más recomendable es la base tapizada (tapi o canapé) si se quiere la máxima firmeza; en cambio, para obtener una firmeza algo más suave, son mejores los somieres de láminas flexibles.
Colchones de alta gama recomendados: Distar modelos Caoba y Ebano (nuevos modelos fabricados por Flex).
Colchones de látex: Son los que proporcionan un descanso más mullido y, por ello, tienen una gran capacidad de adaptación al cuerpo; además, son antialérgicos, atérmicos (se adaptan a la temperatura corporal) y son una excelente opción para personas que sudan mucho o que deban pasar largo tiempo en la cama. Los más recomendables son los que tienen más del 95% de látex en su composición (bloque homologado 100% látex), canales de aireación y con distintas zonas de firmeza diferenciada; es decir, que sea más firme donde el cuerpo pesa más y más mullido donde el peso sea inferior. El tipo de base más recomendable es la base tapizada transpirable (tapi o canapé) si se quiere una mayor firmeza; en cambio, para obtener la máxima adaptabilidad y suavidad, son mejores los somieres multiláminas basculantes.
Colchones de alta gama recomendados: Distar modelo Isuara (nuevo modelo fabricado por el grupo Flex).
Colchones viscoelásticos: Son similares a los de látex en sus características y propiedades, aunque su firmeza es algo superior. El núcleo del colchón está formado por dos partes: la superficie formada por un material llamado viscoelástico que aporta adatpabilidad y se adapta creando un molde exacto del cuerpo, y el núcleo (espumación HR, Pikolin Confortcel o Flex Airvex) que actúa como soporte y aporta la firmeza. Los más recomendables son los que incorporan viscoelástica moldeada y de alta densidad en ambas caras del colchón (podremos girarlo y voltearlo periódicamente, evitando que se desgaste excesivamente en la zona donde habitualmente soporta mayor peso), con canales internos de aireación y con diversas zonas de adaptabilidad diferenciada en el núcleo; es decir, que sea más firme donde el cuerpo pesa más y más mullido donde el peso sea inferior. El tipo de base más recomendable es la base tapizada transpirable (tapi o canapé) si se quiere una mayor firmeza; en cambio, para obtener la máxima adaptabilidad y suavidad, son mejores los somieres multiláminas basculantes.
Colchones de alta gama recomendados: Distar modelos Viscoedana y Crepúsculo-visco (nuevos modelos fabricados por el grupo Flex).
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